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Reseña del libro "Feminismo silencioso" de Beatriz Gutiérrez Müller


Este libro no son solo letras impresas, es también una fotografía del momento donde la figura de la “primera dama” se transformó para siempre en México, no puedo decir se “esfumó” porque aunque la doctora Beatriz así lo hubiera querido, todavía existen vestigios que mantienen la idea arraigada e incluso, en este mismo momento, en muchos estados y municipios del país, conviven compañeras de representantes públicos que se sienten cómodas con la idea de ser presentadas como “la primera dama”.


Por eso, vale la pena leer a Beatriz, porque nos brinda no solo sus reflexiones acerca de porque para ella no era imprescindible ser llamada de esa manera, sino todo lo que implicó acompañar a su esposo en lo que hasta hoy en día en México significa el mayor cargo político al que se puede aspirar, ser presidente de la República y sobre todo, en el sexenio que abrió paso a que México hoy tengo a la primera mujer presidenta de México. 


No podemos dudar que el sexenio donde Beatriz fue compañera del presidente, fue uno donde el feminismo se arraigó más fuerte que nunca en el imaginario colectivo y en los pasillos de todas las oficinas de gobierno, logrando avances inimaginables en las leyes y reglamentos, lo que se coló hasta las urnas y papeletas de voto de aquel día donde Claudia Sheinbaum se convirtió en una de las únicas presidentas mujeres del hemisferio global.


¿Qué significó para Beatriz ver y habitar un México donde la izquierda gobernó por primera vez y donde se le exigía tanto a ella, por ser mujer y por ser “la esposa del presidente”? Este libro es la respuesta de todas sus reflexiones, sentimientos y todo lo que alguna vez calló, pero hoy, quiere compartir al mundo.


Ella misma lo dice “este libro es la respuesta a mis preguntas, es mi auto entrevista”.


Y la verdad, me siento aliviada de haberla leído, el conocer las vivencias de una mujer que aprendió y aportó tanto en silencio pero hoy decide gritarlo, sin duda siempre nos llenará de aportes y aprendizajes que nosotras podemos trasladar a nuestro día a día y a nuestras propias historias de vida, aunque no nos dediquemos al servicio público como tal.


Porque al final de cuentas, todas nuestras historias cuentan, todas las mujeres aportamos, guiamos, resolvemos, cuidamos, procuramos, luchamos y caminamos, algunas de forma más pública, otras de forma más privada, pero nunca nos estancamos, y qué bonito que la doctora haga un reconocimiento a todas esas voces, eso sentí en muchas partes del libro.


En otras, no estuve tan de acuerdo, pero, lo que sí puedo aceptar es que, Beatriz tiene una exquisita forma de escribir, más académica que poética, pero que sin duda, aportar para las reflexiones e historia de nuestro país y eso, siempre se agradece y reconoce.


En cada página dejó clara su personalidad hermética y aunque comprometida con causas, nunca buscó un falso protagonismo, ella tenía muy claro que al que habían elegido, era a su marido, no a ella, buscó aportar pero siempre desde lejos: “No pretendo generar ningún tipo de liderazgo ni conformar colectivos y organizaciones”, compartió.


Me gusta que no teme dar sus opiniones, aunque esto pueda parecer que “ataca lo que su esposo hace”, ella es firme y expresa ideas tales como “los partidos políticos recogen la libertad de expresión, pero también controlan la distribución del poder”.


También, hace muy buenas citas y recomendaciones de libros, por ejemplo este, que ya está en mi lista de próximos: “Del sentimiento trágico de la vida” de Miguel de Unamuno.


“Somos lo que hablamos”, menciona cuando hace su análisis de lo que significa para ella el lenguaje, al cual, como amante de las letras, le da mucho peso, la imagino siempre analizando los discursos y los comportamientos: “prefiero una guerra de ideas/palabras y no de armas”, “hablamos con nuestra ideología”, menciona.


Al opinar sobre las fuertes críticas que recibía tanto el presidente AMLO como ella de parte de muchos medios y actores conservadores, comparte que al final de cuentas “la polarización política es una consecuencia de un régimen democrático, en uno autoritario solo hay pensamiento único”, coincido.


En lo que no estoy para nada de acuerdo es cuando al hablar de la violencia familiar, dicta un pequeño comentario que hace entender que es culpa de la mujer seguir en una relación violenta “es decisión de ella salir de ahí y no permitir más ser violentada”, esa idea no la comparto, muchas veces, la mujer en situación de violencia no puede si quiera decidir, no puede salir sola y aunque no lo quiera, ni lo permita, existen factores multifactoriales que la retienen en ese círculo de la violencia, nunca, será culpa de una mujer el ser violentada, una mujer víctima nunca es responsable de la violencia que un hombre ejerce sobre ella, eso es anti natura. 


Pero tal como ella lo dice “el consenso es una ilusión” y “desacuerdo no significa violencia”, ni es un fracaso, jamás me atrevería a insultarla ni a escribirle un enorme texto en redes diciéndole que no estoy de acuerdo con sus ideas, lo debatiría en una mesa de análisis de alto nivel e incluso, amaría tener una charla con ella donde podamos aprender y crecer juntas, dialogando, siempre (sobre todo porque ya vi que como yo, es fan de Rosario Castellanos, la cita en una parte del libro).


Al final, les hago un recuento como siempre, de mis frases fav del libro, aunque cuando hace todo un resumen de la historia del feminismo en México y sus propios hallazgos, dice algo que me encantó y por eso va aquí, en una sección especial: “Ninguna criatura femenina está predestinada a estar detrás del hombre, arriba de él o lejos de él, somos un todo", qué bonito.


En una parte del libro hace una reflexión sobre el silencio y como ella, lo elegía muchas veces antes que el ruido, porque “el silencio es tan hermoso que amerita ser cultivado y gozado”, porque es “un constante salón de clases”, porque como decía Aristoteles “somos dueños de nuestro silencio y esclavos de nuestras palabras” y porque “el que resiste guarda silencio porque está escuchando al mundo para seguir nutriendo su voz interior” y para ella el silencio es parte del conocimento, es una forma del hablar, es un modo de discurso, y sobre todo, es una forma de estar en paz, por eso lo prefería muchas veces y encontró una forma de gritar ese silencio, con su escritura íntima, hoy, el libro es el resultado de todo ese silencio, y qué bonito.


Ahora entiendo porque muchas veces, y ante tantas situaciones nunca decía nada, como ella misma dice la “libertad de expresión (que incluye el silencio), es un derecho”, las únicas veces que no permaneció callada fueron para defender la integridad de su hijo menor de edad.


Ella, siempre tuvo claro que le parecía injusto y reduccionista que la “transfirieran” a AMLO, lo digno para ella sería que la vieran como una individua con opiniones aparte e invita a combatir la transferencia que hacen de un hombre a su pareja, porque desde su punto de vista, la transferencia perpetúa la dominación patriarcal, ella tiene sus propias ideas y no era solo “la esposa de AMLO” era Beatriz y hoy por eso, escribe un libro.


Al verse obligada a vivir en un museo y cambiar su rutina y día a día, acompañando al presidente, sin duda habla de todo lo que tuvo que cambiar en su vida, desde sus prioridades hasta sus ideales y causas, por eso reflexiona con ideas como “pienso que una persona debe tener unas cuantas causas, pocas, para ir por ellas con todo vigor”, preguntándose fervientemente ¿qué quiero realizar?, porque tenía claro que solo contaba con una vida para lograr lo que quiere y hace una revisión periódica de su camino e ideales: ¿abrazarás ese camino con mas convicción o lo abandonarás porque descubres otros? Recomienda hacer ese tipo de introspección periódicamente porque sin duda, la vida es evolución y cambio constante y sobre todo como ella, que se enfrentó a algo que no planeaba, porque escuchar nuestra voz interior, requiere una decisión.


Acerca de lo que le tocó vivir de cara a la próxima elección comentó: “México tendrá una mujer presidenta, es preciso seguir feminizando la vida publica”, atinó. Y desde su perspectiva estos son los pendientes de la agenda feminista en México:


  • Hacer efectiva la democracia

  • Equidad de ingresos entre hombres y mujeres

  • Independencia economica de las mujeres

  • Procuración de justicia

  • Fortalecer a autoestima de las mujeres


Invita a las mujeres, a nunca permanecer en la neutralidad de las causas importantes, siempre tomar partido, a no subordinarnos, a ser indefectible en nuestras prioridades, generosas en nuestra forma de ser, coquetas sin caer en la objetivación y buscar el ideal que nos mueve.


Porque todas sabemos lo que necesitamos y cuál es su solución, no nos tienen que inducir, ni tienen que “hablar por nosotras”, ni ser “nuestra voz”, nosotras sabemos qué queremos. 


Nunca dejemos de leer y escribir, porque comparte fielmente lo que dice “he encontrado en la literatura la mejor forma de estar sana: es mi seguro social y siempre tiene medicinas”. 


Me encantó esto: “tenemos el derecho a desempeñar el papel principal en nuestras vidas, en lugar de uno secundario en la de nuestras parejas”, tal vez por eso nunca dejó su trabajo en la academia.


Se negaba a conceder entrevistas porque sabía que el interés en ella “era circunstancial”, wow, me impactó ese nivel de madurez y control del ego, porque ella “se concentraba en cumplir con una responsabilidad que no pidió” y porque “nadie votó por ella pero acabó en el estrado”.


En resumen y para terminar, para Beatriz Gutiérrez Müller decir primera dama es algo clasista y antagónico a la República en donde hoy vivimos, porque nadie va “primero”, todas somos mujeres iguales y tenía claro desde un inicio que ella, no era propiedad de su esposo, ni del gobierno. Su relación con AMLO siempre fue horizontal, crítica y respetuosa. Qué bonito saber que comparto algo con ella, el profundo idealismo. Si algún día la conozco en persona, le diré eso.


Gracias por leer, con amor, Yuli Zuarth.


Frases favoritas 


“Un sui generis rol que me tocó”

“Soy partidaria de la fe”

“Mirar sin actuar es vivir a medias” 

“Preguntarse es indispensable para vivir”

“El ser humano vive para algo”

“Es bueno ser temerarios para vivir con menos miedos”

“La paz es una acción diaria, aunque sea silenciosa”

“No hay mortal que resista el fuego graneado de unos ojos amantes, ni las palabras dulces de la compañera de nuestra vida”

“Tiende sus miradas lejanas hacia los horizontes del porvenir, por encima de todas las miopías” 

“Las victorias intimas son producto de largos esfuerzos donde no hubo ayudantes”

“Ningún mal es eterno”

“No juzguen y no serán juzgados”

“Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella, no me salvo yo”

“El mayor impedimento de la vida es la expectativa, que depende de mañana y desperdicia el día de hoy”

“Un por favor permanente, un gracias eterno”

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