Este es el segundo libro que leo de Yuval Noah, por alguna extraña razón empecé al revés, primero leí su obra futurista, de la cual ya tienen reseña (Homo Deus) y seguí con su recuento histórico, el cual abordaremos en este reseña y es “De animales a dioses”.
Lo compré en Sanborns y es una lectura muy larga pero llevadera.
Yuval te aterriza de una forma dinámica y accesible macro procesos históricos, sin especializarse en ningún periodo en particular, aborda todos de forma resumida y tampoco se adentra a las particularidades, simplemente nos va llevando a un breve esbozo de qué pasó en los macro procesos sociales y movimientos humanos hasta llegar al período actual.
El autor es maestro de historia en Jerusalén, es doctor por Oxford y precisamente, su especialidad es en los procesos macro históricos, y eso son sus dos libros, resúmenes de sus trabajos de investigación, aterrizados a un lenguaje amigable.
Si no eres una persona tan apasionada de la historia mundial, pero quieres tener un acercamiento certero de los macro procesos históricos, estos libros, tanto “De animales a dioses” como “Homo Deus” son una buena opción.
Ahora sí, entremos de lleno a la reseña “De animales a dioses”, el cual empieza con un resumen del Big Bang y como primero surgieron la química, la física y la historia.
Nos explica como hace 6 millones de años nació una chimpancé a la que el autor llama nuestra abuela, la abuela de toda la especie humana. En ese sentido, nos comparte como el crear lazos sociales fuertes ha sido una de las razones para que nuestra especie haya sobrevivido y evolucionado, porque para crear a un bebé humano, hace falta toda una tribu.
En sus explicaciones teóricas de las diferencias y diversidades entre culturas, como el color de piel, dialectos y religiones podemos encontrar muchas de las bases de fenómenos como el racismo, clasismo y pigmentocracia.
Por otro lado, me pareció magistral su explicación de como el lenguaje y nuestra capacidad de crear mitos y de hablar (y creer) en cosas inexistentes ha sido gran parte de nuestro éxito como especie humana, incluso “el chismorreo” como él lo llama, ha sido clave para que los Homo Sapiens formarán bandas más grandes y estables.
Según el autor, una persona no puede conocer de forma íntima y cercana a más de 150 personas, ese es el límite ¿qué opinas tú?
Regresando a la importancia de los mitos, me voló la cabeza el reafirmar que la ficción que acompaña a esos mitos comunes son parte de nuestra evolución, pues se han convertido en una cooperación humana a gran escala, por ejemplo, los estados se han fundamentado en mitos nacionales, los abogados trabajan con los mitos de las leyes y los negocios funcionan gracias a que todas y todos creemos que el dinero (un pedazo de papel), tiene mucho valor.
En el universo y la realidad material no hay dioses, naciones, dinero, leyes o justicia, solo están en nuestra imaginación, son construcciones intersubjetivas que ha creado la especie humana.
Incluso las empresas más grandes como Peugeot, Amazon, Tesla, etcétera, son una invención de nuestra imaginación subjetiva, a la que las y los abogados llaman “ficción legal” y compañías de responsabilidad limitada.
Por eso para el autor, quienes tiene más éxito y poder, son quienes han sabido contar historias y convencer a la gente para que crea en ellas, porque de esa forma, millones de extraños cooperan y trabajan hacia objetivos comunes.
Les voy a compartir tal cual un párrafo: “Desde la revolución cognitiva, los sapiens han vivido en una realidad dual. Por un lado, la realidad objetiva de los ríos, árboles y leones; y por el otro, la realidad imaginada de los dioses, las naciones y las corporaciones. A medida que pasaba el tiempo, la realidad imaginada se hizo cada vez más poderosa, de modo que en la actualidad la supervivencia de ríos, árboles y leones depende de la gracia de entidades imaginadas tales como dioses, naciones y corporaciones”.
Wow, qué cierto. Si no, recordemos qué pasó con el Tratado Internacional contra el Cambio Climático que Trump abandonó. Definitivamente el medio ambiente (la realidad material), ahora depende de quienes toman las decisiones con base en los mitos que hemos construido. ¿Qué mitos debemos seguir sosteniendo y qué mitos nuevos son imperantes? Definitivamente, desde mi perspectiva, el mito que es ya insostenible es el de la realidad patriarcal desigual y violenta con las mujeres y la realidad extractivista e inconsciente que es cruel con el medio ambiente.
Para el autor, la diferencia entre nosotras y los chimpancés son precisamente estos mitos que unen a un gran número de individuos, familias y grupos (él lo llama pegamento mítico) y se convierte en redes comerciales, celebraciones masivas e instituciones políticas.
Para explicar las actuales tasas elevadas de trastornos por atracón y la ansiedad, menciona que hay que comprender la forma en como nuestros antepasados vivían en un ciclo de caza – recolecta, siempre dinámica, con alto uso de sus corporalidades, en movimiento constante y siempre comiendo en exceso cuando había comida, porque no sabían cuánto duraría el próximo período de escasez.
Un dato curioso: los perros fueron el primer animal en ser domesticados por el Homo Sapiens.
En cuanto a las creencias de nuestros antepasados, comparte que los primeros grupos de cazadores – recolectores practicaban el animismo, la creencia de que todos los lugares, animales, plantas y fenómenos naturales tienen conciencia y sentimientos y pueden comunicarse con los humanos mediante palabras, canciones, bailes y ceremonias, sin barreras.
Posteriormente, los primeros agricultores eran teístas con la idea de que el orden universal se basa en una relación jerárquica entre los humanos y los dioses.
Me encantó como nos cuenta la forma en que el Homo Sapiens fue descubriendo el mundo, pues a raíz de la revolución cognitiva, su visión y organización, salieron de Afroasia y colonizaron primero Australia, hace unos 45,000 años, siendo este viaje uno de los acontecimientos más importantes de la historia (incluso mucho antes del viaje de Colón a América y la expedición del Apolo 11 a la Luna).
Eso sí, esta expedición a Australia no estuvo libre de violencia, genocidio y ecocidio, provocando la extinción de amplias especies de plantas y animales, el autor incluso menciona que Homo Sapiens se convirtió en la especie más mortífera que ha habido en los cuatro mil millones de años de historia de vida en la Tierra.
En cuanto a la transición a la agricultura, menciona que se inició entre Turquía, Irán y Levante y para él, la revolución agrícola ha sido un gran fraude, pues con ella, los humanos trabajan más (preparando la tierra, sembrando, recolectando, domesticando animales, creando herramientas y hoy en día diseñando máquinas e insecticidas) y obtenían una dieta menos saludable que con la recolección (que además les permitía estar en constante movimiento, no instalados en un solo lugar).
El autor dice que el trigo, el arroz y las patatas, que fueron las primeras plantas en ser descubiertas para cosechar, domesticaron a la especie humana, no al revés.
Con la revolución agrícola, el autor comparte que se han gastado cantidades exorbitantes de agua de los manantiales y ríos, y han surgido enfermedades como artritis, hernias y luxaciones, por último, la dieta basada en cereales es pobre en minerales y vitaminas, difícil de digerir y mala para dientes y encías, en suma, al darle a las y los niños más cereales y menos leche, empezaron a debilitar su sistema inmune.
Incluso, para proteger las ganancias de meses de cosecha y alejar a los ladrones, se empezaron a construir muros y a vigilar, la agricultura empezó a moldear los espacios y las relaciones humanas. Los agricultores se apegaron a “su casa”, se separaron entre vecinos y se convirtieron en seres más egocéntricos, al mismo tiempo que cada vez adquirían más objetos pesados difíciles de transportar, que como ya sabemos, les llevó a convertirse en nómadas.
Con la agricultura, también llegó la domesticación de animales como gallinas, vacas, cerdos y ovejas, que si bien han sido las especies más ampliamente extendidas que hayan existido nunca, también son las más desdichadas y sacrificadas, viviendo siempre en jaulas, corrales y al acecho de ser alimento humano.
En resumen, con la revolución agrícola los sapiens se desprendieron de su simbiosis íntima con la naturaleza, transitando hacia la codicia y alienación, con ello, se dio una discrepancia entre éxito evolutivo y sufrimiento individual.
¿El poder colectivo va acompañado de sufrimiento individual? Para el autor es así.
Pasando a otro tema, nos comparte que la muerte de Hammurabi y el Código de Hammurabi, fueron la raíz simbólica de la Independencia de EUA junto a las trece colonias británicas de Norteamérica (4 de julio de 1776 en Filadeldia), quedando como altos valores la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.
Regresando a los mitos y el orden que significan para nuestras vidas, para el autor, hay tres factores que impiden que no nos demos cuenta que solo existen en nuestra mente:
El orden imaginado está incrustado en la realidad material que nos rodea: reforzado con el individualismo, pensando que nuestro valor está por dentro y no por fuera.
El orden imaginado modela nuestros deseos: reforzado con el romanticismo de vivir nuevas experiencias y el consumismo de creer que algo nos hará más felices (consumismo romántico).
El orden imaginado es intersubjetivo: y su impacto en el mundo es enorme, los impulsores más importantes de la historia son intersubjetivos (ley, dinero, dioses y naciones), existen en el seno de la red de comunicación que conecta la consciencia subjetiva de muchos individuos.
¿Cómo mantener todos estos mitos de generación en generación? Puesto que solo existían en nuestras mentes. Se requirió de la escritura, la cual surgió entre los años 3500 y 3000 a.C gracias a los sumerios, con el procesamiento de datos numéricos que fueron la base de la escritura. Después, los egipcios desarrollaron la escritura jeroglífica. Hoy en día, estamos ante un sistema binario de 0 y 1 que se desarrolla en los sistemas informáticos, para el autor, el nuevo amo del mundo es una larga línea de ceros y unos.
Y si todo el progreso es producto de la imaginación humana, también lo son las jerarquías, por ello, también es posible erradicarlas y crear un mundo más justo, libre e igualitario. Eso hace mi generación.
La discriminación se ha creado por clasificaciones imaginadas como superiores – plebeyos, blancos – negros, ricos – pobres, católicos – musulmanes, etcétera. Ahonda para esa explicación, en el surgimiento del sistema de castas hindú.
En cuanto a América, menciona que aunque se ha liberado a los esclavos, los mitos racistas que justificaban la esclavitud han persistido, perpetuando la separación de razas, principalmente en los hábitos sociales.
¿Sabían que en 1958 en juez en Estados Unidos dictaminó que el joven Clennon King debía ser ingresado a un manicomio pues estaba loco si consideraba que al ser afroamericano podía ser aceptado para estudiar en la Universidad de Mississippi?
A partir de la página 165 hace un análisis de la jerarquía del género, mencionando que el hombre siempre ha obtenido la mejor tajada (patriarcado). Comparte que en China, se consideraba una desgracia cuando nacía una niña, llegando incluso a asesinarlas. Que en todas las sociedades las mujeres han sido “propiedad” de los hombres y que el estupro y la violación, se consideraba un caso de violación de propiedad y la víctima no era la mujer, sino el macho que la había poseído, y el remedio legal era la transferencia de propiedad, es decir, se exigía al violador que pagara por la novia al padre o hermano de la mujer, para que pasara a ser “formalmente” propiedad del violador.
A la masculinidad y feminidad la han construido los mitos, no la biología, para la biología no existe lo natural o antinatural, es más, lo antinatural ni siquiera existe, porque si no es posible, es porque simplemente no existe.
Las cualidades denominadas masculinas y femeninas también son intersubjetivas y para mantenerles, hay que demostrar constantemente que se sigue perteneciendo a ellas.
“El género es una carrera en la que algunos de los corredores compiten solo por la medalla de bronce” ¿quiénes? Nosotras, las mujeres.
Comparte la idea de Rita Segato de que los hombres son más proclives a la violencia y han sostenido las guerras, siendo éstas, una prerrogativa masculina, dando resultado a que entre más guerras hay, más poder obtienen los hombres, formándose un bucle de retroalimentación que explica la ubicuidad de la guerra y del patriarcado.
El autor plantea esta pregunta de investigación que nos la hemos hecho constantemente las feministas y que ha sido el resultado de múltiples trabajos académicos: el sistema patriarcal se ha basado en mitos infundados y no en hechos biológicos, ¿qué es lo que explica la universalidad y estabilidad de este sistema?
Pasando a otro tema, el autor responde a la pregunta de si actualmente quedan en el mundo culturas realmente auténticas, para él no es así, pues hoy en día todos los humanos compartimos el mismo sistema geopolítico, económico (capitalismo), sistema legal (DDHH y tratados internacionales) e incluso el mismo sistema científico. Todas las culturas tienen influencia global de alguna forma.
El dinero, los imperios y las religiones universales se han expandido y establecieron los cimientos del mundo unido que somos hoy.
Cuando el sistema de trueque e intercambio ya fueron suficientes (pues cada vez habían más productos, clientes y servicios que ofrecer), entonces las sociedades encontraron la manera de conectar a un gran número de personas: el dinero.
Con ello, se creó esa nueva realidad intersubjetiva que solo existe en nuestra imaginación compartida: “el dinero no son las monedas y billetes. El dinero es cualquier cosa que la gente esté dispuesta a utilizar para representar de manera sistemática el valor de otras cosas con el propósito de intercambiar bienes y servicios”. El dinero es un medio universal de intercambio. El dinero no es una realidad material, es un constructo psicológico.
Y se basa en que confiamos en las invenciones de nuestra imaginación colectiva. Confiamos en que un pedazo de papel o una rueda de metal valen. El dinero es un sistema de confianza mutua, el más universal y más eficiente que se haya inventado jamás.
“El dinero es el único sistema de confianza creado por los humanos que puede salvar casi cualquier brecha cultural, y que no discrimina sobre la base de la religión, el género, la raza, la edad o la orientación sexual. Gracias al dinero, incluso personas que no se conocen y no confían unas en otras pueden, no obstante, cooperar de manera efectiva”.
Otros sistemas de unificación que ha creado el humano son los imperios y las religiones, siendo ésta un sistema de normas y valores humanos que se basa en la creencia de un orden sobrehumano.
Para el autor, con el dualismo de las religiones (lo bueno y lo malo) se reafirma la capacidad de los humanos de creer en contradicciones y resume que la combinación de rituales y prácticas tomadas de fuentes distintas es sincretismo y por ello, para él, el sincretismo es en realidad, la gran y única religión del mundo.
Nos explica las enseñanzas de Siddarta Gautama (Buda) con el Nirvana y dharma, y abre el cuestionamiento de si el socialismo es una religión o no.
Otra pregunta que me pareció muy interesante fue ¿nos estamos encaminando hacia el desastre ecológico o hacia el paraíso tecnológico?
Por otro lado, explica que en la actualidad ve tres formas de explicar la historia que viene: teoría de juegos, posmodernismo y memética (sí, la evolución cultural de replicar unidades de información cultural llamadas “memes”).
Dato curioso: Hoy en día, cualquier persona con ingresos de clase media puede circunnavegar la Tierra de manera segura y fácil en solo cuarenta y ocho horas.
Con la primera bomba atómica (16 julio 1945 en Alamogordo, Nuevo México) y con la visita a la Luna, se inició formalmente la revolución científica, y con ella, a lo largo de los últimos 200 años se desarrolló una rama de las matemáticas para tratar los aspectos más complejos de la realidad: la estadística, sentando también las bases de la demografía.
Y esto es muy cierto, en mi carrera de psicóloga llevaba muchos cursos de estadística, lo mismo en la maestría de políticas públicas y género, como dice el autor en este libro “con el fin de comprender el alma humana y curar sus dolencias, primero hay que estudiar estadística”.
En ese sentido, Yuval comparte las razones y hallazgos de porqué hoy en día el proyecto principal de la revolución científica es dar a la humanidad la vida eterna, pues para las mentes más brillantes el envejecimiento y la muerte son problemas técnicos, destinos que se pueden evitar ¿se imaginan?
Explica que expertos en nanotecnología desarrollan un sistema inmune biónico compuesto de millones de nanorrobots que habitarían en nuestro cuerpo, abrirían vasos sanguíneos bloqueados, combatirían a virus y bacterias, eliminarían células cancerosas e incluso invertirían los procesos de envejecimiento y con ello, “hacia 2050 algunos humanos se convertirían en amortales”, pues en ausencia de un trauma fatal, su vida podría extenderse indefinidamente.
¿Esto sería ético, legal, “bueno”?
Menciona que no hay respuestas científicas, solo respuestas políticas, económicas y religiosas, por ello, la investigación científica se acompaña y florece en alianza con alguna ideología, las ideologías justifican los costes de la investigación.
Una de las formas que ha encontrado también la revolución científica para florecer, ha sido aliarse con el imperialismo moderno, pues grandes reyes, políticos y tomadores de decisiones han financiado los proyectos de investigación.
Los que más fervientemente lo hicieron fueron los europeos, por ello, para el autor la ciencia y el capitalismo son la herencia más importante que el imperialismo europeo ha legado al mundo post europeo del siglo XXI, así lo demuestran las expediciones donde participaron Cristóbal Colón, Napoleón y hasta Charles Darwin.
Para el autor, el descubrimiento de América fue el acontecimiento fundacional de la revolución científica.
También nos cuenta la historia de la conquista del imperio de Tenochtitlan y de como Cortés hizo prisionero al emperador Moctezuma, hasta lograr la redención y conquista del imperio azteca; y que al cabo de un siglo de la llegada de Colón a Veracruz, la población nativa de las Américas se había reducido en un 90 por ciento (por las enfermedades que trajeron los españoles) y los mismo sucedió después, con el imperio Inca en Perú, sin una forma de evitarlo porque en ese entonces, los imperios no se podían comunicar entre sí, como hoy, gracias a la tecnología.
Y detrás de toda esta conquista, racismo y superioridad moral de la cultura occidental, está la fuerza del capitalismo, pues como el autor menciona, si no hubiera sido por personas de negocios que buscaban hacer dinero con lo que Colón encontrarían sus expediciones, no habría llegado a América, ni James Cook a Australia.
También explica que el crédito, es un tipo de dinero especial que está basado en nuestra confianza en el futuro y nos permite construir en el presente. Confiamos y suponemos que nuestros recursos futuros serán más abundantes que nuestros recursos actuales, por eso pedimos préstamos. Menciona que ese crédito capitalista lo creó el imperialismo europeo, con los que daban a los exploradores, posteriormente, los holandeses tuvieron mucho éxito con su independencia de Europa gracias al cumplimiento del estado de derecho y las altas tasas de créditos.
Comparte qué es el capitalismo y hace una reflexión de la teoría de Adam Smith y su obra “La riqueza de las naciones”.
¿Sabían que Nueva York inicialmente pertenecía a Holanda y después fue amenazada y conquistada por los ingleses? Que al final la capturaron en 1664. De hecho, los restos de la muralla construida por los holandeses para defender su colonia, se encuentran bajo el pavimento de la calle más famosa del mundo: Wall Street.
Por cierto, la negación a seguir pagando altas tasas de impuestos fue una de las razones de que Luis XVI en 1789 convocó a reunión de los Estados Generales a parlamento francés y así empezó la Revolución francesa, que cambió al mundo.
Comparte que si bien en la actualidad la doctrina de libre mercado es la variante más común e influyente en el credo capitalista, para él, creer en el libre mercado es algo ingenuo, pues sin la regulación de leyes está el riesgo de los monopolios o conspiraciones contra la fuerza laboral, por ejemplo, explica que cuando existía el libre mercado se daban préstamos y acciones para comprar armamentos para las guerras y para comprar esclavos.
Para él, el capitalismo de libre mercado tiene el riesgo de no poder asegurar que los beneficios se obtengan de manera justa o se distribuya de manera igualitaria.
Dice que la única opción ha sido el comunismo, pero para él, ha sido mucho peor en casi todos los sentidos, por ende concluye en este sentido que “puede que no nos guste el capitalismo, pero no podemos vivir sin él”.
Pasamos a la revolución industrial, que para el autor inició cuando el humano descubrió que podía convertir el calor en movimiento, con la máquina de vapor y luego con la primera locomotora de vapor en la historia, el 15 de septiembre de 1830 se inauguró la primera línea comercial de ferrocarril, que conectaba Liverpool con Manchester.
La revolución industrial ha sido una revolución en la conversión de la energía. Y con mayor producción, surgió la problemática de quién iba a consumir todos esos nuevos productos y por ello, para no arruinar a los accionistas, surgió el consumismo: “El consumismo considera que el creciente consumo de productos y servicios es positivo. Anima a la gente a permitirse placeres, a viciarse e incluso a matarse lentamente mediante un consumo excesivo”.
El consumismo se ha ayudado mucho de la psicología popular, convenciéndonos de que los caprichos son buenos y la frugalidad es una opresión autoimpuesta.
Menciona que por ejemplo, la obesidad es una doble victoria para el consumismo pues la gente come demasiado (gasta) y después compra productos dietéticos, con lo que contribuye doblemente al crecimiento económico.
El mandamiento de los ricos: invierte
El mandamiento del resto: compra
El estado y el mercado se han convertido en madre y padre del individuo, el tejido comunitario y familiar se ha roto. Nos hemos convertido en seres alienados. Las comunidades intimas se han desvanecido, dejando que las comunidades imaginadas ocupen el vacío emocional.
Dato curioso: El internet, empezó a usarse en 1990 y hoy, no podemos imaginar el mundo sin él.
Por eso, nos dice que nos tengamos paciencia, pues no estamos acostumbradas a procesar tanta información en tan poco tiempo, anteriormente nos llegaba una carta cada cierto tiempo, ahora, nos llegan correos todos los días y no solo a la computadora, hasta al celular.
Para el autor, la era actual en la que vivimos es muy pacifica, hay más riesgos en los delitos locales que de una guerra mundial, menciona que desde 1945 ya no hay estados que invadan a otros con el fin de absorberlos. Y desde ese año, ningún estado ha sido conquistado.
Menciona que estamos ante un estado de paz real y que solo Israel, Siria, Etiopía, Eritrea, Estados Unidos e Irán son la excepción a la regla (claramente escribió este libro en 2013 antes del reciente conflicto de Rusia – Ucrania).
Explica que anteriormente, los territorios que buscaban conquistar iban detrás de las riquezas de los campos, ganado, esclavos y oro, pero hoy en día, la riqueza está principalmente en capital humano, en conocimientos técnicos y estructuras socio económicas complejas como los bancos, siendo difícil el llevárselas o incorporarlas al propio territorio.
“No hay minas de silicio en Silicon Valley, la riqueza está en la mente de los ingenieros de Google”.
Para Yuval, el imperio mundial hace efectiva la paz mundial, pues sus fronteras cubren todo el planeta. Yo agregaría que si bien es así, también hace efectiva la reproducción del patriarcado, el machismo y la desigualdad social.
Concluye con un capítulo del bienestar subjetivo, que para él, eso es la felicidad, comparte un estudio en el que se encontró que hay una correlación estrecha entre buenos matrimonios y un elevado bienestar subjetivo, independientemente de las condiciones económicas y físicas.
Invita a reflexionar entonces, porque ahora es cada vez más difícil aceptar compromisos.
Para el autor, es un hallazgo muy importante que la felicidad no depende realmente de condiciones objetivas (riqueza, salud o comunidad), depende más bien de la correlación entre las condiciones objetivas y las expectativas subjetivas. Por eso, una persona que por ejemplo, recibe una noticia de una enfermedad grave, reduce sus expectativas y entonces, puede ser incluso más feliz de lo que era antes, según los estudios que ha interpretado el autor.
En ese sentido, para él, estar satisfecho con lo que se tiene es mucho más importante que obtener más de lo que se desea y comparte que si la felicidad viene determinada por las expectativas, entonces los medios de comunicación (incluidas las redes sociales y la publicidad) están vaciando, los depósitos de satisfacción del planeta.
El resultado: una epidemia de ira y ansiedad.
Me gustó que nos invita a no olvidar que nuestra felicidad, también depende de nuestra bioquímica, a través de las hormonas. La serotonina, la dopamina y la oxitocina influyen en que seamos personas alegres y contentas o con tendencia de depresión.
Está completamente a favor de la medicación para curar enfermedades emocionales y menciona que la felicidad duradera, proviene de la serotonina, la dopamina y la oxitocina, por ende, dice que la clave de la felicidad está en que empecemos a manipular nuestra bioquímica.
Por otro lado, dice que la felicidad es una sensación subjetiva que se basa en sentir que la vida tiene un significado, entonces nos propone (de forma pesimista), que nos engañemos de forma más efectiva, que sincronicemos las ilusiones personales del sentido, con las ilusiones colectivas dominantes en cada situación. Que nuestras narraciones personales estén en sintonía con las narraciones de las personas que nos rodean, porque solo así, puedo convencerme de que “mi vida tiene sentido y encontrar felicidad”.
Difiero en esto, puesto que como feminista, no estoy dispuesta a encajar mis ilusiones, experiencia y expectativas en un modelo patriarcal, desigual y violento contra las mujeres, solo porque es el statu quo.
En lo que sí coincido es lo que plantea por su cercanía con el budismo, compartiendo que la mayor laguna en nuestra compresión de la historia es que las investigaciones históricas se han concentrado en detallar estructuras sociales, caídas y triunfos de imperios, expansión de tecnologías, etcétera, pero no explican cómo todos estos macro procesos históricos han influido en la felicidad y/o sufrimiento de las personas.
Su último capítulo “El final de Homo sapiens” sentó las bases de su siguiente libro “Homo Deus”, pues empezó a plantear la idea de que después de la revolución científica, estamos ya ante una revolución biológica, con la participación de la ingeniería biológica, genética y de cíborgs.
Da algunos esbozos del proyecto de interfaz cerebro – ordenador que consiste en una computadora que podrá leer las señales eléctricas de nuestro cerebro: ¿estamos ante el internet cerebral? ¿tendremos un banco de memoria colectivo? Estos cuestionamientos los aborda en su siguiente libro, pues describen un ser del que ni siquiera podemos comprender sus implicaciones filosóficas, psicológicas y políticas.
Ahora, existen programas informáticos que evolucionan por sí mismos (les recomiendo la película Her) y también estamos ante una medicina personalizada y una lectura accesible de nuestro ADN ¿surgirá entonces un tipo de discriminación genética? ¿habrá una élite sobrehumana cuando se modifiquen las capacidades humanas? ¿estamos a punto de crear la más desigual de todas las sociedades? ¿se puede más todavía?
El autor nos pregunta ¿en qué deseamos convertirnos? Y yo sí tengo una respuesta: en una sociedad feminista, igualitaria, prospera, con abundancia para todas las personas, acceso a la salud, educación, cultura y bienestar físico, emocional objetivo y subjetivo.
No sé a dónde vayamos, pero ojalá, siempre nos acompañe el feminismo y la salud mental, porque sin ellas, seguirá existiendo división, violencia, desigualdad y desdicha y ya no lo podemos, ni queremos soportar.
Gracias por leer, con amor Yuli Zuarth.
Hola, me llevó parte del día leerte, un poco presente y distante, cosas que pasan... es mucha información, es como leer una revista documental tecnológica, claro que mucho más puntualizada con tu toque humano, espero haber captado la esencia, hay una parte donde se comparan a las mujeres con los chimpancés, ¿Cómo por que o que? no le veo coherencia, toda aquella comparación donde tratan de ponerles etiquetas, disminuirlas, me causan que se me revuelva el estomago, son personas, no objetos, la cosificación no deberían entrar para los seres vivientes. los mitos es como el rumor, no te consta, aunque lo replican de boca a oído, de generación en generación, por miedo a tener una "maldición", los gatos negro, el…