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Reseña del libro "Feminismo 4.0 La Cuarta Ola" de Nuria Varela



¿Recuerdan que en la reseña pasada les conté que tenía que compartirles un libro muy especial? Pues es éste. Y sí, lo compré al mismo tiempo que el de “Las mujeres que luchan se encuentran” esa tarde en Gandhi, el cual leí primero y deje para después éste. Vaya sorpresa que me lleve, no tendría por qué hacer esto pero si tuviera que elegir uno de los, sin duda sería este.


Nuria Varela hace un gran esfuerzo de síntesis académica para presentarnos las 4 olas del feminismo, si apenas estás adentrándote en estos temas la autora también tiene el libro “Feminismo para principiantes” que publicó en 2005.


Nuria es española, se define como periodista experta en género, actualmente es directora de la editorial Hotel Papel, imparte clases de posgrado y es consultora internacional, dentro de su curriculum destaca haber cubierto (como reportera) durante muchos años conflictos bélicos como la guerra de Irak, la guerra de Bosnia, el golpe de estado en Rusia, incluso la matanza de Acteal aquí en Chiapas y los feminicidios en Ciudad Juárez; también destaca el ser la primera directora de gabinete del Ministerio de Igualdad en 2008, y en 2009 fue asesora de la ministra. Imparte conferencias en todo el mundo, en Youtube puedes encontrar varias de ellas.


De su Introducción me quedo con la premisa de que el feminismo es movimiento; me encanta la metáfora que retoma para explicarnos las olas: un tsunami, un fenómeno extraordinario, cuyo principal impulsor ha sido nuestro hartazgo, que al mismo tiempo es el peor enemigo del patriarcado.


Nos recuerda que nuestra hermandad es poderosa y que siempre debemos hablar de un “nosotras”, el feminismo es un proyecto colectivo.


Les va a dar dolor de estómago cuando lean la historia del término “feminista” ¡pues fue usado por primera vez por un hombre! Y además para referirse a un efecto patológico, fue hasta 1882 que la sufragista Hubertine Auclert lo resignificó y lo convirtió en el nombre que hoy lleva nuestro enorme movimiento político, económico y social emancipador que conocemos hoy, así que gracias Hubertine.


El feminismo ha tenido desde sus inicios una vocación internacional y un carácter pacífico, la primera ola data su inicio a finales del siglo XVIII con el nacimiento de la Ilustración y los debates de la Revolución francesa, cuando las ideas y los principios de libertad, igualdad y fraternidad se reducían a los hombres, excluyendo a las mujeres.


Fueron Olympe de Gouges en 1791 con su Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana y Mary Wollstonecraft en 1792 con Vindicación de los derechos de la mujer (considerada la obra fundacional del feminismo según Varela) quienes alzaron la voz para visibilizar nuestra ausencia y hacer hincapié en la importancia de nuestra presencia en el nuevo orden social que se intentaba construir.


La segunda ola, marcada por el movimiento sufragista inicia en el siglo XIX, al mismo ritmo de la Revolución Industrial y concluye con El segundo sexo de Simone de Bauvoir quien marca el inicio de la tercera ola. La primera gran obra (de la segunda ola) fue la Declaración de Sentimientos, escrita en Nueva York, la cual inspiró el sufragismo norteamericano. En la segunda ola se desarrollan también los feminismos marxistas, socialistas y anarquistas.


La tercera ola da inicio tras la Segunda Guerra Mundial en el siglo XX cuando Betty Friedan publica en 1963 La mística de la feminidad donde se visibiliza la domesticidad obligatoria a la que estaban condenadas millones de mujeres en el mundo, sin remuneración ni reconocimiento alguno. En la tercera ola aparece el concepto de género como categoría de análisis que expresa la construcción de la feminidad, algunas mujeres tienen la oportunidad de acceder a la educación y es también cuando las feministas radicales ponen en la conversación pública las relaciones de poder dentro de lo privado e inmortalizan la épica frase “lo personal es político”, lo que sin duda ha dado pie a que por ejemplo, hoy podamos castigar el feminicidio que ocurre en el interior de un hogar, así de trascendente.


Varela agradece y reconoce el trabajo del feminismo radical, aclarando que es gracias a él que el feminismo es ahora un movimiento de masas, así también nos enseña las resistencias del patriarcado que siempre han existido, por ejemplo, la quema de brujas. También nos habla sobre los grupos de auto conciencia feminista que datan desde 1967, nos cuenta que el primero se instauró en Chicago y buscan dar valor a la palabra de las mujeres, fomentar su autoestima y su auto conocimiento.


Nos explica el surgimiento de las dos grandes familias feministas, el feminismo de la diferencia y de la igualdad, básicamente para el feminismo de la diferencia la idea – fuerza es la libertad y para el de la igualdad, la igualdad. También nos cuenta todas las implicaciones que han tenido la aparición de nuevas corrientes como la teoría queer (que me encanta), los feminismos decoloniales, el feminismo socialista, el ecofeminismo, el feminismo negro y el feminismo chicano.


Les voy a compartir uno de mis momentos favoritos del libro, cuando habla sobre lo que implicó para nosotras el acceder a la educación, siempre he pensado que yo no hubiera podido sobrevivir en un mundo donde me hubieran negado el estudiar, por el solo hecho de haber nacido mujer, siento mucho que tantas hermanas lo hayan tenido que sufrir. Varela dice que precisamente, la primera reivindicación de las feministas fue la educación: primero la educación básica, leer y escribir, la llave que abre la puerta de la vida propia; después, la educación superior, negada tozudamente a las mujeres hasta el siglo XX. La prohibición expresa a las mujeres de acceder a la cultura y producirla significaba la prohibición de explicar la vida y explicarnos a nosotras mismas. No puedo estar más de acuerdo con cada una de esas palabras.


Ya adentrándonos en la cuarta ola, menciona que una característica de ella es la interseccionalidad, término acuñado en 1989 por Kimberlé Crenshaw y la lucha contra la heteronormatividad, concepto que aportó la teoría queer y lo popularizó en 1991 Michael Warner. Precisamente habla ampliamiente de la teoría queer e incluso le dedica algunas hojas a las enseñanzas de Judith Butler; otras más a los feminismos poscoloniales, a Gloria Anzaldúa, al feminismo chicano y al feminismo negro.


Me parece interesante que nos plantea nuevas posibilidades de ver y entender el género, con un capítulo titulado “el género ha muerto”, en donde hace gala de toda una disertación al respecto.


Después de todo el recuento histórico, a partir de la página 131 se adentra completamente al femismo de la cuarta ola y todos los sucesos recientes que lo han marcado, desde la Women’s March de 2017, como respuesta al triunfo de Donald Trump, hasta el primer paro internacional de mujeres convocado el 8 de marzo de 2017.


El feminismo es ya un movimiento de masas, interseccional y ciberactivo, Varela pone énfasis en la importancia del internet, nos invita a hacer ciberactivismo e incluso habla del ciberfeminismo al cual le dedica varias páginas, al igual que al ecofeminismo. Para la autora, el feminismo del siglo XXII no se entiende sin el eco y ciber feminismo.


Nos plantea los retos a los que nos enfrentamos las feministas que estamos viviendo en la cuarta ola, por ejemplo la ideología de género, los vientres de alquiler y la prostitución (la autora es claramente abolicionista).


Como buena española, le dedica todo el último capítulo al feminismo del siglo XXI en su país, me pude dar cuenta que allí está fuerte la disyuntiva entre la doble militancia ¿puedes ser feminista y pertenecer a un partido político? La discusión se pone interesante. Nos invita a luchar para lograr que el feminismo y los estudios de género estén presentes en todos los programas y planes escolares de las escuelas de educación básica y en las Universidades, tal como lo están logrando en España (nos comparte muy buenos ejemplos).


Para terminar, hay algo muy interesante que descubrí leyendo a Nuria Varela y es que hace una crítica (no sé si sin querer o con plena intensión) a Catalina Ruíz - Navarro quien toooodo el tiempo en su libro “Las mujeres que luchan se encuentran” se define a sí misma como mujer cis – género; lo cual, según Varela es entendido como la persona cuya identidad de género es concordante con su sexo biolólogico o, como la cualidad de las personas cuya identidad de género y su género asignado al nacer coinciden.


Varela critica (y tiene razón) que para aceptar el término “cis” es necesario aceptar una identidad de género, lo que buena parte del feminismo niega (como feministas una tarea fundamental ha sido destruir el género). Remata diciendo ¿cómo es posible identificarse con ello? Es imposible que las feministas insumisas al género, las desertoras del género, puedan aceptar el concepto cisgénero y aún menos identificarse con él.


Vaya, qué fuerte. Con esto vamos a concluir la reseña, que espero hayan disfrutado y en verdad, si eres feminista, no te vas a arrepentir de tener esta joya en tu librero, les mando un abrazo virtual. Las y los quiero mucho.


Gracias por leerme.

Atentamente, Yuli Zuarth.


Frases favoritas


No es compatible con el feminismo la sumisión, de igual manera que no hay feminismo en solitario, no existe un feminismo “personal” o a medida. El feminismo reclama valentía y es muy exigente.


Así la pregunta ¿qué significa ser mujer?, una vez que el traje en el que se habían empeñado en meternos se nos queda tan pequeño que se rompe por todas las costuras, necesita una respuesta y a ello se pone el feminismo.


Una no se vuelve una defensora de la política feminista simplemente por tener el privilegio de haber nacido mujer. Como en todos los posicionamientos políticos, una se vuelve partidaria de la política feminista por elección y por acción.

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