Encontré este libro en las pasadas vacaciones de diciembre 2018, en un lugar que me trae tantos recuerdos. Les juro que cuando estaba en secundaria, prepa y mientras estudiaba la Universidad en Puebla e iba los veranos a Tuxtla –NO SALÍA DE AHÍ-, las personas que trabajaban en ese lugar ya me conocían, me apartaban libros, me pedían los que no estaban, me sonreían y me trataban con cariño, vaya, sentía como si llegara a casa de tíos y tías, pero no, era la librería Porrúa que está en el centro, casi enfrente del Museo de la Ciudad de Tuxtla Gutiérrez.
Había visto mucha promoción en internet del libro, la verdad, esa portada tan ilustrada y el título tan prometedor te atrapan desde que lo ves, es como un –amor a primera vista-.
Con esa ilusión lo compré, de hecho, fue el primer libro que inicié a leer este 2019, después de terminar “El cuento de la criada” de Margaret Atwood, que, por cierto, les debo la reseña, pero en serio he estado buscando la manera de ver la serie y así poder hablarles de ambas creaciones.
Pero regresemos a “Las chicas rudas del pasado: 52 mujeres que cambiaron el mundo”, la autora Mackenzi Lee es una escritora emergente, de hecho, la idea de este libro surge de una serie semanal en Twitter en donde escribía sobre mujeres con historias que inspiran, dice ella misma: “Como autora de ficción histórica con una pequeña plataforma de seguidores en Twitter –que en general disfrutan las historias raras tanto como yo-, me dediqué a las redes sociales. Cada semana, escribía en Twitter sobre una mujer distinta que había marcado la historia y que me parecía fascinante, subversiva y de la cual nunca había oído hablar en mis clases. Para mi sorpresa y placer, la serie tomó vuelo y cada semana más y más personas se sintonizaban para leer la siguiente entrega de lo que amorosamente nombré con el hashtag #BygoneBadassBroads. Las historias empezaron a inspirar arte, reportes escolares, cuentos para dormir, nuevos pasatiempos, y lograron que cientos de personas conocieran los nombres e investigaran más sobre estas mujeres.”
Y justo eso es el libro, una recopilación de 52 de las historias que Mackenzi Lee compartió en Twitter. Algo impresionante (y lo que más me gustó) del libro es la ilustración, que estuvo a cargo de Petra Eriksson y el diseño de la portada lo hizo Diane Shaw, sin duda dos mujeres que también merecen reconocimiento, ¡qué bien, un equipo de puro girl power!
Concuerdo con la idea central que inspiró a Mackenzi a escribir esas historias, la mayoría de las mujeres que hicieron grandes aportaciones a la política, la ciencia, las artes, los procesos de lucha por la democracia y la libertad NO están en los libros de historia y muchas veces se les daba el crédito a los hombres, por descubrimientos o batallas que ellas habían librado, el libro te enseña muchas historias con esta característica.
Algo en lo que difiero un poco es en la visión que a veces utiliza la autora: “ser feminista es ser ruda”, creo que debería adentrarse más a la teoría feminista y verla desde la perspectiva de deconstrucción, lucha por la libertad y los derechos de las mujeres y sobre todo construcción de políticas públicas transformativas para lograr nuestra emancipación y empoderamiento.
Otra cosa que me puso un poco triste es que casi no hay historias de mujeres latinoamericanas, sólo hasta el final, en la historia 51 encontramos la reseña de las hermanas Mirabal, esas valientes mujeres de República Dominicana que lucharon contra el dictador Trujillo hasta perder la vida, e inspiraron que cada 25 de noviembre exista el Día internacional de la No Violencia Contra la Mujer.
Pero si me preguntan si se los recomiendo ¡claro que sí!, lo podrás leer muy rápido, terminarás muy inspirada(o) y sentirás empatía por lo que las mujeres tenían que vivir en aquellas difíciles épocas de opresión.
Ojalá en su próxima edición la autora incluya a algunas mujeres mexicanas, ¿y si le escribimos cartas con las biografías de las grandes heroínas en la historia de México? Yo le entro, ¿me ayudan? Espero que sí.
Gracias por leerme, YZ.
Frase favorita:
“Aunque no conozcan su nombre, le deben mucho” - Mackenzi Lee.
Comments