Desde que leí "Sor Juana Inés de la Cruz o Las trampas de la fe" de Paz, me enamoré del misticismo al rededor de Sor Juana. Y es que no es lo mismo leer una biografía contada por tus maestres de historia en la prepa que tener un acercamiento más íntimo a su vida y obra.
A partir de ese momento, he leído muchos de sus poemas y sonetos. Cuando fuimos a la FIL de Minería mi novio me regaló “Respuesta a Sor Filotea de la Cruz” y en mi cumpleaños 30 mi querida amiga Mich me regaló la joya que hoy les reseñaré: Yo, la peor.
Mónica Lavín, la autora, es una escritora y bióloga mexicana, cabe resaltar que gracias a este libro obtuvo el Premio Iberoamericano de Novela Elena Poniatowska.
Más que merecido, estoy segura que Mónica se enamoró de la misma forma que todas las mujeres feministas cuando nos acercamos a la vida de Sor Juana, porque nos lleva de la mano en ese cuestionamiento diario de nuestra realidad y vivencia como mujeres, y lo que hizo Mónica es magistral, retratar todas esas vivencias y cuestionamientos, en una novela.
Porque concuerdo con ella, Sor Juana nunca se acaba.
Sabes cuando llegas a Sor Juana y al mismo tiempo sabes también, que nunca te irás de ella. Querrás saber más y siempre más. Y eso hizo Mónica, investigar de ella y regalarnos esta pieza.
A través de algunas cartas y capítulos cortos con personajes al rededor de Sor Juana, retrata las vivencias que tuvo en todas sus facetas: desde su niñez, pubertad y adolescencia, cuando más bien era Juana Inés Ramírez de Asbaje.
Y es que si quieres aprender de ella, pero no eres tan, fan del formato de biografías, Yo la peor es tu mejor opción, porque como ya mencioné, aprenderás de todas sus facetas, pero al mismo tiempo de sus relaciones familiares y vivencias en los conventos y palacios, hasta convertirse en la leyenda que hoy todas conocemos.
Comprenderás su historia familiar, su relación con sus hermanas y hermanos, con su mamá, con su padrastro, con sus abuelos, con sus tíos, con sus maestras, con las autoridades locales, con las virreinas y virreyes, con las autoridades eclesiásticas y por supuesto, con sus relaciones más importantes: las que tenía con los libros, las letras, el conocimiento y el saber.
¿Saben qué es lo fascinante del trabajo de Lavin? Esa capacidad que tuvo de construir escenarios, diálogos y momentos fascinantes con todo lo que iba leyendo en los libros de historia.
Es claro que hizo una investigación extenuante de Sor Juana, en lecturas e investigaciones no solo en español, también hay referencias internacionales, de índole hemerográfica y académica. Pero todo tiene su toque poético y creativo.
En verdad te transporta a los volcanes que Sor Juana veía a lo lejos, las aulas donde aprendió a leer, la biblioteca de su abuelo, y al sentimiento de envidia que sintió por su hermana, porque la eligieron en lugar de ella, para ir a la escuela.
Un dato que me parece hermoso fue el reconocimiento que hace a la maestra de Sor Juana y como fue clave para el crecimiento de la naciente escritora, en ninguna otra obra lo había visto. Eso te permite una novela hecha con tan amor, retratar a esos personajes que no son tan visibles, pero tienen un impacto muy grande en las vidas de los personajes que cambian la historia.
Sor Juana y Lavin nos recuerdan que hay muchas formas de ser mujer, no la que dicta la sociedad patriarcal, sino la que cada una de nosotras elijamos con libertad: "Quiera Dios y la inteligencia de las mujeres que su encierro sea por voluntad y la extensión de su mirada también derive de sus propias decisiones".
Así nos lo enseñó Sor Juana, que con tal de estar cerca de los libros y el conocimiento, eligió estar en un convento, porque le tocó vivir en una época donde la universidad solo estaba permitida para los hombres: “Juana Inés se casará con Dios y su inteligencia encontrará tierra fértil para brindarnos sus dones”.
¿Qué pasó con sus relaciones políticas? ¿Tuvo pretendientes? ¿Cómo fue su ingreso al convento? ¿Le pagaban por sus poemas? ¿Disfrutaba las fiestas en los palacios? ¿Cómo fue su exilio y cómo iniciaron sus problemas de censura por las autoridades eclesiásticas?
Todos esos cuestionamientos se abordan en la novela.
Un dato interesante de la novela es que la autora dice que mientras escribía, leía un poema a diario de Sor Juana, para sentirse en su misma época y conectar con sus sentimientos. Mónica dice que si antes de su novela admiraba a Sor Juana, al terminarla, la admira aún más.
Hoy yo puedo decir, que las admiro a ambas.
Por último, concuerdo con Sor Juana en que dejar de leer y escribir es empezar a morir, por eso hoy tienen esta reseña y les prometo que mientras tenga vida, le daré más vida a mi vida, con más reseñas, lecturas y libros para ustedes.
Así que nos vemos en la próxima, muchas gracias por leer.
Con amor, Yuli Zuarth.
Frases favoritas
Cuando se encuentra un corazón donde se puede depositar el propio, nada más importa.
No puede sobrevivir sin el aliento de la escritura.
Hola de nuevo, me gusta esa forma de análisis, donde extraes la esencia de la lectura, el proceso de investigación y redescubrimiento de las autoras da, ese panorama que a través de sus miradas y sentires, no sé si esta bien escrito lo ultimo, aunque por ahí va la idea, soy más de personas que de libros, veo en ellas y ellos, la verdadera hambre de pasión literaria cuando describen alguna lectura que llegó a su vida, de ahí viene mi interés por tocar alguna obra literaria, tengo reconocer que en las bibliotecas donde están los libros más empolvados de esos que ni la luz les da, ahí es donde voy, me preguntó en que momento brillo más, aunque n…